Llega el invierno

Querido padre,

Esperando que te encuentres bien te escribo esta misiva para cominicarte malas noticias, la primera, la muerte de nuestro mago de la corte, envenenado por un asesino desconocido. Además hoy hemos recibido tres mensajes nefastos:

El primero cuenta que vuestro hermano está sufriendo un asedio en su fortaleza de la costa, y conociéndolo me temo que las tropas que deben estar asediándolo deben ser todo un ejército. He mandado a nuestro vigía más rápido para ver como está la situación y como podemos ayudarlo, pero me temo que tal acción está actualmente fuera de nuestro alcance.

El segundo es de las minas de hierro, donde al parecer un extraño peligro ha obligado a parar la producción, y mucho me temo que necesitaremos ese hierro. Como Defensor de vuestro Reino he decidido ir a solucionar el problema personalmente, partiremos de inmediato y espero podamos arreglar el entuerto con presteza.

El tercero no es menos preocupante, pues hay sospechas de que las poblaciones del norte de la nación puedan correr peligro, problema agrandado por el hecho relacionado con nuestras cosechas. Esperamos poder desplazarnos a la zona después de pasar por las minas.

Te envío copia de las misivas para que puedas juzgar por ti mismo la conveniencia de volver con el ejército. En tu ausencia intentaré hacer lo mejor para con el reino.
Tu Hijo (no me acuerdo ni de mi nombre) a día… de………….. en (la capital)