Marco Valerio Corvo

Oriundo de Barahan, una de las provincias gemelas, el hombre conocido como Marco Valerio Corvo, o simplemente Corvo, se crió en una familia de clase media-baja, siendo el menor de 4 hermanos. Sus hermanos eran por orden Flavio, Lucio y Vibia. No vivian en abundancia como la gente de las ciudades pero al menos siempre tenían un plato en la mesa.

Llevaban una vida tranquila hasta que cierto día, en una de las visitas a la ciudad ocurrió el desastre. El hijo de una gran familia de la ciudad abusó de su hermana, y enterándose de ello sus dos hermanos mayores fueron a buscar venganza y, lamentablemente perdiendo su vida. Lleno de sed de venganza Corvo fue a la plaza de los templos de Barahan, pero en todos los templos le decían lo mismo, no era su competencia, que no molestase a los dioses por nimiedades y un sinfin de excusas más. En todos menos en uno. En el templo de Zarion escucharon su problema y se decidieron a actuar e imponer la justicia ignorando la posición social del chico y acabando finalmente este entre rejas, pues como rezaban ellos cada uno a de conocer su lugar y cumplir las leyes establecidas. Fue tal la alegría de ver su venganza cumplida que Corvo se decidió a ingresar en las filas de los acólitos de Zarion.

Desde entonces siempre tuvo un fuerte sentido de la justicia y el orden, estudiando leyes y entrenando día a día para ser un agente de Zarion y enfrentarse a los maleantes que escapaban a la ley. Y así fueron pasando los años y Corvo fue creciendo, hasta el trágico bombardeo de la nación mediana sobre la capital. Cuando Corvo vio que semejante atrocidad no solo no era condenada como era devido, sino que aun encima no se cumpliría la ley bajo la pasividad del imperio y del clero de Sarek que ostentaba el poder, estalló en ira, abandonó el imperio y la orden de Zarion, decidido a implantar la justicia y el orden a su manera, indiferente de la legislación existente y de la voluntad de la gente. Impondría "la ley y el orden" aunque fuese por la fuerza.