Dodongo Durrell, siervo de Brottor

No hay honor más grande para un auténtico enano que servir a Brottor, el guardián de la raza. El linaje de los Durrell, desde los tiempos de la fundación de Kroll-Suktar, está formado por grandes devotos y seguidores del dios guerrero de los enanos, y Dodongo Durrell no es si no un digno portador de su apellido. Pero por desgracia, es también el último.

Rhagoren Durrell era el hermano mayor de Dodongo, y el primogénito de la familia. Como era costumbre en la familia, a la temprana edad de 40 años ingresó en el templo-escuela de magia divina para formarse en religión y convertirse en un sacerdote bajo el mandato del gran Brottor.

Dodongo, que tenía 10 años menos que su hermano, jamás tuvo interés por el servicio religioso. Desde joven quiso ser guerrero. Entrenaba con el hacha de guerra a muy temprana edad, y antes de que su hermano fuese ungido como clérigo, el ya colaboraba en las partidas de exploración subterráneas que limpiaban las cuevas de monstruos.

Durante muchos años, Dodongo y Rhagoren tuvieron una relación muy estrecha. Dodongo acompañaba a Rhagoren en sus oraciones, para que Brottor les ayudase a ambos cuando lo precisasen. Eran muy buenos amigos, además de hermanos. Y entonces llegó la guerra.

Cuando el príncipe trató de tomar el trono del rey Krowen, todos los Durrell acudieron a la llamada de armas del rey para defenderle. Aunque gracias al apoyo de los humanos, la guerra tornó bien para su bando, tuvo consecuencias nefastas para los Durrell. Todos los parientes cercanos de Dodongo, incluído su hermano Rhagoren, murieron en la guerra.

Entre lágrimas, Dodongo tomó una decisión: tomaría los hábitos de su hermano y se consagraría a Brottor, para continuar la digna tarea que la familia Durrell llevaba desempeñando durante siglos. Ahora, en este tiempo de caos, ha viajado a tierras humanas para hacer presente el valor y la importancia de su amado pueblo.


Dodongo Durrell es un enano bastante alto para su raza, casi como un humano bajito. Su barba rubia está trenzada cuidadosamente, y luce desde joven una absoluta calvicie, herencia de su padre, de su abuelo, y de todos los Durrell varones de los que se tiene constancia. Cuando no está viajando ni trabajando para la Guardia, viste con las túnicas propias de un sacerdote de Brottor, pero por Daegan normalmente se le ve enfundado en pesada armadura, y con el escudo y el hacha encima.