Molly Knoxville

Me llamo Molly Knoxville y solo soy una chica de Stockwell, un barrio situado al sur de Londres. Teniendo solo seis años, mi padre murió de un infarto de miocardio y esto dejó a mi madre destrozada, sufriendo una gran depresión durante años. Salimos adelante gracias a mi hermano Johnny, que tenía catorce años cuando inevitablemente tuvo que hacerse responsable de mí y de nuestra madre Caroline. Las cosas fueron complicadas durante un tiempo y Johnny tuvo que ponerse a trabajar, pero siempre cuidó de mí. Yo le quería más que a mi propia vida, mi hermano lo era todo para mí, pero siete años después, desapareció sin dejar rastro. Nunca se supo el motivo, simplemente no volvió.

Tuve que quedarme sola con mi madre y sobrevivimos con la ayuda de los servicios sociales, que no permitieron que yo abandonase los estudios. Pasado un tiempo, mi madre empezó a levantarse por las mañanas, a asearse y a prepararme el desayuno. Su duelo había llegado a su fin y estaba preparada para continuar con su vida donde la había dejado. Sin embargo, yo no podía fingir que aquello no había pasado y nunca la perdoné por haberme dejado en la estacada cuando más la necesitaba, aunque tampoco dejé jamás de protegerla, porque sé que sin mi apoyo habría caído de nuevo en las garras de la depresión.

Me convertí en una adolescente rebelde e inconformista y decidí volcar mi idealismo en el sindicalismo estudiantil, luchando para mejorar la educación pública de Londres e impidiendo con ello que ningún muchacho sin recursos tuviese menos oportunidades que cualquier otro de los mejores barrios de Londres. Tras mi labor como sindicalista en el instituto, decidí estudiar ciencias políticas en la universidad.

Cuando tenía diecinueve años, tras una manifestación convocada por NUS, el sindicato estudiantil del Reino Unido, mis compañeros y yo nos reunimos en nuestro local para debatir ciertos hechos acontecidos durante la protesta a la que acabábamos de acudir. Tras acabar, nos relajamos y decidimos sacar unas cervezas. Llevábamos un rato bebiendo y charlando entre risas, cuando oímos unos golpes en la puerta. Un compañero se acercó a abrir y una figura veloz entró en el local como si de un torbellino se tratase. Atacó a varios de de los míos mientras los demás estábamos paralizados, sin saber qué hacer o a quién acudir, cuando de repente salí de mi embotamiento y golpeé al hombre rompiendo una botella de cerveza en su cabeza. Él se dio la vuelta con una rapidez sobrehumana y me mordió en el cuello. Con fuerza, me arrojó a varios metros y quedé tirada en una esquina del local. Semiinconsciente pude ver como asesinaba y desangraba a todos mis compañeros y, antes de que volviese a rematarme, vi como un grupo igual de veloz entraba en el local y le clavaba una estaca al hombre en el corazón.

Al despertar días después, me encontré con unos ojos verdes observándome. Unos ojos verdes con una mancha marrón en el izquierdo, iguales que los míos. ¡Johnny!

Ya no soy solamente una chica de Stockwell. Johnny dice que ahora soy un vampiro brujah. Me siento confusa y tengo muchas preguntas por hacer, pero sea como sea, soy feliz al saber que mi hermano finalmente volvió a por mí.