Shui Yin, la Vergüenza del Dragón

Shui pertenecía a una familia de la baja nobleza del Reino, y, como tal, fue críado para convertirse en un Vástago del Dragón. Sus padres hubieran querido que se alistara en el ejército, pero él admiraba la virtud y la fe de los Inmaculados más que nada en el mundo, así que en cuanto tuvo la ocasión, entró en la Orden.

Durante años sirvió en sus templos y se entrenó, en cuerpo y alma. Poco a poco, muchos de sus compañeros se exaltaron y ascendieron en la Orden. Pero no él. Por alguna razón, los años pasaban y el Dragón de Agua no parecía recordar que Shui llevaba su sangre.

Muchas veces pensaron los altos cargos de la Orden en expulsarlo, pero su disciplina, su esfuerzo y su entrega le ganaron nuevas oportunidades. Hasta ahora. Después de varias décadas viendo crecer y exaltarse a varias generaciones de Inmaculados, Shui, por petición de sus superiores, ha abandonado el templo, y, destrozado, busca una nueva forma de ganarse el pan.