Ao Shin, Campeón e ídolo de los Ríos

La vida de Ao Shin no comenzó realmente hasta que no alcanzó la maestría necesaria como para participar en los duelos celebrados habitualmente en la región de los Ríos. Empezó un poco como el caballo negro, pero su característico estilo ofensivo (centrado en superar cualquier defensa interpuesta por el adversario), su labia y, por qué no decirlo, un poco de suerte pronto le llevaron a lo más alto. Y ya cuando se exaltó en uno de los príncipes de la tierra su fama y reconocimiento llegó a todos los rincones de estas tierras, consiguiendo incluso sponsors que le cedieron artefactos para los duelos.

Las principales organizaciones de vástagos intentaron que se uniera a ellos, pero había llegado hasta allí solo y se jactaba de su independencia, así que solo aceptó patrones puntuales durante unos cuantos años mientras continuaba con los combates individuales. Cuando comenzó la invasión de los Señores de la Muerte, sin embargo, no le parecía del todo correcto continuar como si nada. Aceptó un puesto por parte de la Liga de los Ríos para ir de pueblo en pueblo ensalzando las hazañas bélicas y, en definitiva, aprovechar su fama para reclutar tropas entre el pueblo llano.

Cuando el Santuario se retiró sorpresivamente de la guerra contra la Máscara, los Ríos se sintió traicionado y, cuando meses después volvió a la batalla con la destrucción del Juggernaut decidieron enviar a alguien para tener vigilado al gremio de mercenarios y así al menos estar avisados de sus futuras decisiones. Por supuesto optaron por Ao Shin, ya que era conocido por todos los señores de la región pero no servía directamente a ninguno.

Al enterarse de que iba a la guerra de verdad, y ante el riesgo de perder su inversión, el sponsor decidió retirarle al menos temporalmente a Dragonclaw, su lanza-artefacto. Así que, armado con armas mundanas y acompañado por un par de mortales que decidieron seguirlo durante sus viajes, Ao Shin se presentó en el Santuario.

Ao Shin está metido de lleno en su proyecto de la Arena, por lo que estos cinco años dedicará todo su tiempo y esfuerzo a alcanzarlo. Esto significa hablar con el mayor número de personas posibles, así como hacer que le deban favores. Y claro, practicar para los torneos. Pasará pues todo el tiempo posible en Mishaka, quitando posibles viajes para conseguir los "regalos" adecuados y que su proyecto siga por el buen camino.*

*Me remito al proyecto del tema correspondiente.

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