Capitán Sergei Kravinov

Nombre: Kravinov, Sergei.

Edad: 48 años.

Nacionalidad: Ruso.

Profesión: Ingeniero militar del ejército de la URRS.

Rango militar: Kapytán

Lugar de nacimiento: Leningrado

Padre: Kravinov, Alexei.

Madre: Záitsev, Katerina.

Hermanos: Ania, Oleg.

Sergei Kravinov, nacido, criado y educado en la ciudad de san Petersburgo. Es un ejemplo del sistema educativo soviético: comprometido con los ideales de la madre patria sin caer en fanatismos que pudieran socavar su sentido crítico, sobrio, responsable y tenaz.

Al cumplir la mayoría de edad, cumpliendo el servicio obligatorio en el ejército rojo, este le brindó la oportunidad de hacer carrera dentro de él, lo que no dejó escapar. Estudió ingeniería al mismo tiempo que poco a poco ascendía rangos dentro del escalafón militar.

A los 25 años realizó operaciones de supervisión en Novgorod, siendo Serdzhánt  bajo el mando del Leytenánt  Andrey Vasiliev. Una noche se produjo un altercado en una taberna local entre Piotr Kuznetsov, un joven recluta de apenas 20 años, y Andrey Vasiliev. La causa de la disputa parece ser que fueron los favores dispensados de la camarera hacia el joven. Andrey debió de haberse sentido ofendido de alguna manera, junto con algunos grados de alcohol en sangre, lo que hizo que se encarase con dicho joven, arrestándole bajo el pretexto de insubordinación. Sergei, que nunca tuvo demasiada paciencia hacia las injusticias, salió en defensa de Piotr. Andrey, embriagado, la tomó con aquel, llegando a las manos. Tal vez producto de un mal golpe, tal vez movido con ira o por venganza, lo cierto es que Andrey falleció aquella noche. Tras aquello, Sergei fue juzgado y condenado por un tribunal militar. Por su hoja de servicios y proyección, no fue licenciado sin honor, sino que fue encarcelado en la jurisdicción de Novgorod, donde cumpliría condena durante 5 años.

Durante este tiempo, se acercó a la Iglesia Ortodoxa, gracias a los servicios de acompañamiento penitenciario que hacía el Metropolita Kiril. Lo cierto es que, a día de hoy, no descarta retirarse a un monasterio. Pero eso todavía está por llegar.

Tras haber cumplido condena, se re-alistó, ascendiendo hasta Kapitán. Hace un par de años en una misión humanitaria en Irak, sufrió un accidente. Una bomba explotó mientras viajaba en un convoy. No hubo bajas, pero la metralla y la explosión destrozaron sus ojos y penetraron en su cerebro. El ejército soviético le recompensó con implantes oculares y un remplazo tecnológico para aquellas zonas del cerebro que resultaron dañadas.

Poco tiempo después, y por recomendación de Lev Anatólievich Raskolnikov, fue enviado a la base lunar, donde presta servicios actualmente.