Avelyn y Ander de Gerville

Hace dos años que mi esposa, Avelyn, y yo vivimos en paz en Gerville.
Nos conocimos cumpliendo nuestro servicio en el frente. Ella era una joven novicia que ejercia las funciones de clerigo y sanadora de nuestra compañia. Y yo, como paladin tenia el rango de oficial. Al finalizar nuestro servicio, como a otros miembros pertenecientes a la iglesia de Orbatria, nos asignaron unos puestos como instructores en la capital del imperio.
Despues de una breve negociacion con su padre llegamos a un acuerdo sobre la dote.... recibi 4 cabras. Y nos casamos.
La ceremonia fue sencilla, a la cual solo fueron invitados los miembros de las familias y unos pocos amigos. Pero la dicha duro poco, a las pocas semanas los seguidores de Sarek se alzaron y fuimos "invitados" a dejar nuestros puestos como instructores.
Viendo el cariz que estaban tomando las cosas en la capital, decidimos irnos a Gerville... mi pueblo.
Gerville es un pequeño pueblo a los pies de las montañas. Sus habitantes son gentes sencillas que dedican principalmente a sus tierras o a pes!car en el lago. Es un lugar apartado donde los sucesos de la capital no parece afectarle.
Alli estabamos mi mujer, yo y nuestras cuatro cabras. Mirando para la destartalada y ruinosa torre que iba a ser nuestro hogar. Enseguida nos pusimos manos a la obra y en pocas semanas la vieja torre se convirtio en un hogar... Las gentes del lugar, como era costumbre, nos ayudaron... recibieron de buen grado la noticia de que Avelyn ejercia la medicina y que yo tenia conocimientos de leyes.... al poco eramos conocidos como la Sanadora y el Señor letrado, ganandonos asi el respeto y la amistad de nuestros vecinos.
Pasaron dos años, la vida en Gerville era tranquila. Los dias transcurrian monotos, sin grandes sobresaltos... un dia aparecio un jinete vestido con el uniforme de la guardia pretoriana.... -"Estoy buscando a De Gerville. Tengo un mensaje de Gabriel..."-
La carta llevaba el sello imperial e iba dirigida a los dos, en ella nos instaba a regresar a la capital y entrar en la guardia pretoriana.... Nos miramos, al rato y sin apenas mediar palabra estabamos en la buhardilla poniendonos nuestros viejos uniformes.... una mezcla de alcanfor y recuerdos añejos nos envolvio durante nuestro silencioso ritual... una hora mas tarde el mensajero, Avelyn, yo y cuatro cabras viajabamos hacia la capital...